Criadores de Ideal y Merino Dohne visitaron Australia, en donde cuatro compatriotas juraron en la exposición más grande de ese país.

Uruguay exporta varios productos, commodities, esquiladores y, ahora también jurados. Ya sea por cordialidad o intereses comerciales, Australia reconoció a cuatro criadores uruguayos y los distinguió ofreciéndoles la responsabilidad de juzgar a dos razas en la mayor exposición ovina de la potencia mundial. Fue así como Pedro Scremini, Yoel Stolovas, Joaquín y Fernando Martinicorena estuvieron encargados de jurar a las razas Merino Dohne e Ideal en “The Wool and Sheep Show” de Bendigo -en el estado de Victoria-, la exposición más importante de Australia. Habían 3.000 ovinos de todas las razas que uno pueda imaginar, pero la Merino, sobre todo la Poll Merino, era las más fuerte. Allí se vio, dijeron, un nivel “realmente llamativo”. “En Uruguay es bueno el nivel, pero acá es impresionante”, explicaron los uruguayos. Sin embargo, la muestra fue bien diferente a lo que estamos acostumbrados. Además de la exposición, Joaquín Martinicorena y Pedro Scremini contaron a Rurales El País cómo es producir en Australia, qué problemas enfrentan y qué se traen para casa.

¿Para dónde va la oveja australiana?

Martinicorena contó que cada vez hay más “compuesto ovino de multirazas” (una mezcla de cuatro o más razas). A modo de ejemplo, habló de un establecimiento que había visitado hace 16 años y tenía, en aquel entonces, 20.000 Merino, pero ahora tiene dos tercios compuestos genéticos maternales de varias razas, y un tercio Merino. Otra cabaña en Tazmania, que era antiguamente todo Merino ultra fino y súper fino, pero ahora tiene solo 1.000 ovejas Merino y 20.000 ovejas cruzas compuestas para producir corderos. Hizo referencia a que están teniendo problemas con la formación de mano obra de esquiladores. Estas ovejas compuestas tienen señaladas de 150%, tienen doble, triple y hasta cuádruple corderos por camada. Son muy fértiles y la tienen que cuidar también que no se engorden mucho.

Por otra parte, Martinicorena aseguró que Australia tiene “un camino muy marcado”, dado que junto a Nueva Zelanda tienen el 70% del comercio mundial de carne ovina. Además, es un país que está aumentando su stock, que es de más de 70 millones de ovinos. Luego de los tres años de seca, del 2016 al 2019, vinieron tres años buenos de lluvia y eso generó mejores pasturas, mejor fertilidad, mejores preñeces y pariciones.

No obstante, Martinicorena informó que “están bastante asustados por el recambio generacional, el acceso a la tierra para la gente joven y los costos de la mano obra”. La esquila cuesta cuatro veces más que en Uruguay. Además, estos ovinos compuestos “no dan ni para pagar el costo de la esquila con la lana que sacan, de 29, 30 micas o más”, señaló.

Por su parte, Pedro Scremini señaló que Australia tiene mercados que Uruguay no y tratados de libre comercio con países que Uruguay no tiene, como puede ser Inglaterra o Estados Unidos. Entonces, dijo, los precios de los corderos y de la carne ovina “son otros”. “Ellos hablan de US$ 5 el cordero, ahora está a US$ 4 y se quejaban de que estaba muy bajo; en lana, los precios están más bajos también, claramente la orientación es hacia la lana fina”.

Las señaladas son muy buenas: en cualquier establecimiento señalan arriba del 110%. “Establecimientos con 12.000 ovejas de cría están arriba del 110% de señalada. Buscan la carne. En Merino, han aumentado de tamaño y en las evaluaciones genéticas le dan mucha importancia al peso del cordero. Se trabaja mucho en la reproducción buscando la carne. Orientan pensando en el cordero”, dijo Scremini.

El Dohne es una raza que “calza muy bien en eso”, porque se mueve entre 18 y 20 micras. “Ellos dicen, aquí tenemos dos cheques: carne y lana. Los precios hoy están bajos, se quejan, pero históricamente el cordero está en US$ 5. Nada que ver con lo que tenemos nosotros”.

¿Por qué los australianos eligieron varios jurados uruguayos?

Según Martinicorena, Uruguay tiene “una trayectoria muy larga en el tiempo” de intercambio de gente y de importación de genética desde Australia. Luego de la pandemia, “querían reforzar los vínculos y tratar de seguir ese canal de exportación de genética desde Australia para Uruguay”.

Además, en el caso de la raza Ideal, en Australia se encuentran también en el “cruce de ruta”, viendo cómo seguir tratando de afinar sin perder las características de la raza.

Scremini opinó que eligieron uruguayos por dos motivos. Uno, por un tema de cortesía. “Es una forma de que nos integremos más”, dijo, pero advirtió que también “nos ven como potenciales clientes”. “Nos ven como potenciales clientes de la compra de genética. Australia vende genética a 53 destinos y uno de ellos es Uruguay. Entonces, una de las razones, para mí es la razón más fuerte, es porque nos ven como potenciales clientes de compra de genética”, señaló.

¿Qué traen para aplicar “en casa”?

En estos viajes siempre se ven cosas interesantes, según Martinicorena. Los australianos “son muy prácticos” y siguen evolucionando con las herramientas, por ejemplo, en los bretes: “vimos unos bretes para dosificar los ovinos que levanta automáticamente a todas las ovejas y quedan en el aire, quietas. Eso es porque las ovejas cruzas, estos compuestos, son bastante pesadas y muy ágiles. También vimos que están utilizando los cepos hidráulicos de volteo con compresión de aire para tratar de que el trabajo sea más fácil; se da vuelta al animal y lo inmoviliza para revisar la ubre y la boca”, contó.

Además, indicó que se sigue utilizando mucho el perro, pero lo que más impresionó en todo el estado Victoria y Tazmania fue la cantidad de pivot y sistemas de riego que tienen. “A pesar de que ellos tienen bastante menos agua que nosotros, hay mucho sistema implantado para producir pasturas para engorde de corderos. Me parece que Uruguay tiene que seguir avanzando en tema riego y buscar la vuelta para estabilizar y producir más kilos de carne por hectárea”, cerró.

Scremini explicó que en el tema productivo, de tecnologías de producción, “somos parecidos”, dado que Uruguay ha sacado mucha tecnología de proceso de allí”. También marcó las grandes diferencias y dijo que “Australia es un continente”, dado que solamente el estado de Victoria tiene 20 millones de hectáreas y Uruguay tiene 17. Australia del Sur, tiene 92 millones de hectáreas y quedan cinco estados más. Por lo tanto, tiene regiones muy diferentes. Las ovejas se crían con 200 milímetros de agua para arriba. “En los lugares que estuvimos llueven entre 300 y 600 milímetros en invierno. Hacen agricultura de cebada, trigo, canola y lupino. En verano, en esos lugares pastorean las ovejas. Tienen 70 millones de ovinos. Es un país diferente, el clima es mucho más seco y, por lo tanto, mucho más propicio para criar ovejas”, comentó.

Algo clave es que Australia no tiene bichera y los criadores tienen mucho menos contacto con el ovino.

“Nosotros siempre decimos que en Uruguay si no sos un pastor no podes tener ovejas. Si no estás semanalmente en contacto con la oveja es difícil producir. Acá, en general, juntan la majada tres o cuatro veces al año para la esquila, para la señalada, para las evaluaciones genéticas. No tienen personal, trabajan los dueños porque un empleado común sale -como piso- US$ 50 mil en la mano por año. Y les va muy bien, vimos la maquinaria que tienen, las casas que tienen… independientemente de este momento de baja, les va bien. De todas maneras, nunca se les escucha quejarse, siempre están tratando de mejorar, ya sea en la producción de carne o de lana. Están muy preocupados por el recambio generacional. En todos los establecimientos que estuvimos la gente que estaba al frente era mayor, de 55 años para arriba. Es un país bien diferente, con condiciones más propicias para criar ovejas. Las tecnologías son básicamente las mismas, pero es un país más favorable para criar ovejas.

Scremini cerró comentando que es un país de primera, porque no se ven calles desechas ni caminos vecinales malos; no se ve basura ni perros sueltos; no se ve a la policía y, prácticamente, no andan patrulleros.

“La seguridad es increíble, la confianza que tienen. Estuvimos en un feedlot que embarca 100.000 corderos por año mediante un compromiso con una industria. El hombre nos contó que a él le gustaba cerrar un negocio con un apretón de manos, que si bien firmaban algo, se estilaba mucho el apretón de mano. Eso habla de la seriedad en encarar los negocios, de la gente, la formalidad, es realmente de destacar. Es de las cosas también que nos hace bien diferente. La cultura del trabajo, la seriedad, la puntualidad, la formalidad. Eso nos hace bastante diferentes también”, concluyó.

Juras sin datos, sin bozal y menos estructurada

“Nos encontramos con animales un par de micras más finas que en Uruguay. Los carneros estaban cerca de 20 o 21 micras, algunos 22. Y las hembras entre 19 y 21, algunas corderas de 18 micras. Se jura sin datos objetivos, sin peso corporal, sin finura; es todo apreciación visual. La Gran Campeona hembra de la raza Ideal fue una oveja que tiene muy poco cuidado, estaba con menos de un mes de encierre bajo techo, tenía con un cordera de un mes y 15 días muy bueno. El Gran Campeón era un carnero de unas 20 micras, cuatro dientes, con una calidad de vellón muy buena”, contó Joaquín Martinicorena sobre la jura Ideal.

Pedro Scremini, contó que en la juta Merino Dohne, había una punta muy buena, muy bien presentada y una cola con animales más bien de campo. “El juzgamiento acá es totalmente distinto al de nosotros. Los animales no son de bozal. En nivel, no estamos tan lejos de lo que vimos. Allá hay más variedad, obviamente”, dijo. Por las distancias, no todas las cabañas participan de la expo. “En Uruguay la jura es más estandarizada, más estructurada, ‘más prolija’”, dijo.